¿QUÉ BENEFICIOS ME APORTA TRABAJAR?
En primer lugar, tu médico/a y tú deberéis determinar que te encuentras preparado/a para seguir trabajando y garantizar que resultará positivo para ti. En este caso, seguir trabajando es lo más aconsejable, ya que aporta una serie de beneficios que pueden englobarse en tres tipos: emocionales, físicos y sociales.
Beneficios emocionales:
- Reduce los estresores emocionales y afecta positivamente a tu autoestima y salud emocional.
- Reducirás el tiempo que pasas pensando en las propias dolencias o síntomas.
Beneficios físicos:
- Te permite compaginar tu vida profesional con el cuidado de tu salud, ya sea realizando actividad física o acudiendo al o a el/la profesional sanitario/a más adecuado/a para tratar tus síntomas.
Beneficios sociales:
- Te permite continuar desarrollándote o invertirlo en un plan de carrera profesional, que impactará directamente en tu autoestima y la manera de interactuar con tu entorno más próximo.
- Fomenta la sociabilización y las relaciones interpersonales, disminuyendo la sensación de soledad ante la sintomatología, y aumentando la percepción de independencia personal.
- Te ayuda a disponer de una vida económica independiente y por tanto, aumenta la capacidad de la persona para hacer frente a ese impacto de una forma más desahogada.